Muchas veces nos atraviesa algo llamado “parálisis por análisis” y tiene que ver con estar en un mood de inacción. Tenemos ideas, tenemos proyectos, tenemos claro lo que queremos comunicar y no podemos pasar a la instancia de materializar eso que tanto deseamos. ¿Cómo es que tantas empresas y emprendedores llegan a sus audiencias sin complicaciones? O mejor aún ¿Cómo es que hay tanto contenido dando vueltas y a mí no me sale escribir ni dos renglones?
Empecemos por justificar esas creencias paralizantes que nos impiden lograr los objetivos. Por un lado, sobre todo en la actualidad, tenemos la información de que “está todo inventado” y si ya todo está inventado, no tiene sentido que busque crear contenido. Por otro lado, puede surgir la creencia del “no soy suficiente”. Ésta creencia es muy poderosa, porque realmente llegamos a creer que no hay valor en la propia experiencia, que nada de lo que me sucede tiene un sentido más allá de mi.
True story? Sí, está todo inventado. Sí, tu experiencia es personal y tiene sentido en tu propia vida. Entonces podemos decir que esas creencias están justificadas. Ahora, lo importante de abordar este tema es tener la posibilidad de aclarar que la manera que tiene una persona o un equipo para comunicar ES ÚNICA. Hay millones de videos, blogs, fotos, artículos, etc. pero ninguna como la que cada ser puede crear desde la autenticidad.
¿Qué significa crear desde la autenticidad? Bueno, tiene que ver con el título del artículo. Crear desde lo auténtico es llevar a cabo eso que NATURALMENTE sale, es decir, sin esfuerzo…esa idea que surge entre risas o a partir de conclusiones finales derivadas de una profunda charla. ¿Podemos imaginar qué sucede si todos copiamos los modos de quienes admiramos? No existe variedad, todo aparece en serie: los mismos colores, el mismo tipo de comunicados, las mismas formas de dirigirse a las personas… y ahí sucede algo más, privamos al mundo de ver eso que realmente somos, eso que nos moviliza y nos identifica.
Entonces, ¿Cómo hacemos para compartirnos desde el verdadero propósito? Aquí un par de sugerencias:
- Registrar los detalles. Estar atentos a mensajes, conversaciones, chistes, frases, etc. que surjan en reuniones con clientes o equipo.
- Capitalizar las experiencias. Una cosa es “pasar” momentos y la otra es “dejarse atravesar” por los mismos. Cuando ocurren conflictos, cuando se llega a soluciones impensadas, cuando innovamos en los vínculos, etc. es interesante mirar el aprendizaje de la situación. Esa es la perla que tenemos, el cómo abordamos las cuestiones y las decisiones/caminos que tomamos.
- Animarse a la exposición. Para llegar a otro, es necesario que me vean, que me escuchen, que entiendan lo que quiero decir. En el camino existirán miles de desafíos: críticas, desencuentros, diferentes posturas. Necesario es recordar el por qué y el para qué de mi compartir.
- Habilitar el aprendizaje constante. Si bien partimos de la idea de que nunca va a ser “el momento perfecto”, es muy importante estar constantemente actualizando nuestros conocimientos en las áreas que exploramos y que se relacionan con los contenidos que vamos a ofrecer.
- Registrar los estados emocionales y físicos. No es lo mismo crear desde la tristeza que desde la motivación. ¿Sabes en qué momento del día hay más disponibilidad energética? Para algunos en la mañana, para otros en la tarde… Es decir, el autoconocimiento y la autopercepción son fundamentales para habilitar la creatividad: Ojo! Nada es “bueno o malo”. Cada estado emocional tiene su potencial inspirador. El secreto es descubrir en cuál encontramos la potencia y la claridad para alcanzar lo que queremos lograr.
¿Se te ocurren otras acciones a la hora de crear? Te animamos a aplicarlas en tu equipo, en tus redes, en tu vida personal. Todo se trata de comunicarnos desde lo que SOMOS.
¡Adelante!